En el contexto dermatológico, el término goma no alude a materiales sintéticos ni sustancias adhesivas, sino a una lesión nodular profunda, de evolución crónica, con tendencia a la ulceración y cicatrización. La goma en dermatología es un hallazgo clínico clásico en enfermedades como la sífilis terciaria, tuberculosis cutánea, micosis profundas y otras condiciones granulomatosas. Su reconocimiento y abordaje adecuado son fundamentales en el diagnóstico diferencial de lesiones nodulares crónicas.
¿Qué es una goma en dermatología?
La goma en dermatología es una lesión inflamatoria nodular, sólida o fluctuante, de crecimiento lento, que tiende a necrosarse y ulcerarse, dejando una cicatriz deprimida. Histológicamente, se caracteriza por un proceso granulomatoso central con necrosis caseosa, rodeado por células inflamatorias, macrófagos y fibrosis periférica.
Esta lesión es expresión cutánea de enfermedades crónicas sistémicas y requiere un estudio clínico exhaustivo para identificar su origen. No es una entidad diagnóstica en sí misma, sino un patrón morfológico que debe contextualizarse clínicamente.
Goma en dermatología: causas más frecuentes
La goma es una manifestación clínica que puede presentarse en diversas enfermedades infecciosas, autoinmunes o incluso neoplásicas. Entre las causas más comunes se incluyen:
Sífilis terciaria
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Es la causa prototípica de la goma en dermatología.
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Aparece años después de la infección primaria no tratada.
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Las gomas sifilíticas afectan piel, mucosas, huesos y vísceras.
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Clínicamente, se observan nódulos duros, indoloros, con centro necrótico.
Tuberculosis cutánea
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Las gomas tuberculosas (tuberculosis gomosa) son raras pero posibles.
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Se caracterizan por lesiones subcutáneas que evolucionan a ulceraciones profundas.
Micosis profundas (esporotricosis, cromoblastomicosis)
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Gomas micóticas presentan aspecto verrugoso, fistulizado o ulcerado.
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Requieren cultivos y biopsias para diagnóstico etiológico.
Sarcoidosis y enfermedades granulomatosas
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Aunque menos común, pueden generar lesiones tipo goma con infiltrado granulomatoso no caseificante.
Reconocer el contexto clínico y sistémico de aparición es fundamental para interpretar correctamente una goma en dermatología.
Características clínicas de la goma dermatológica
Las gomas suelen presentarse como:
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Nódulos o placas subcutáneas firmes, de bordes mal definidos.
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Tamaño variable (1 a 10 cm), con centro reblandecido o necrótico.
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Evolución lenta, no dolorosa en fases iniciales.
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Ulceración espontánea en fases avanzadas.
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Cicatrización atrófica o en cráter si no se tratan adecuadamente.
Su localización común incluye extremidades, tronco y cara, pero puede afectar cualquier parte del cuerpo.
Diagnóstico diferencial de la goma en dermatología
La presentación nodular y ulcerada de la goma exige diferenciarla de múltiples entidades cutáneas. Algunas de las principales incluyen:
| Diagnóstico diferencial | Características relevantes |
|---|---|
| Leishmaniasis cutánea | Lesión ulcerada con bordes elevados, test rápido positivo |
| Pioderma gangrenoso | Úlcera dolorosa de bordes socavados, asociada a EII |
| Linfoma cutáneo | Placas infiltradas de crecimiento progresivo |
| Micosis profundas | Nódulos ulcerados con secreción crónica |
| Carcinoma escamocelular | Lesión ulcerada con infiltración tisular |
El uso de biopsia con estudio histopatológico, tinciones especiales (PAS, Ziehl-Neelsen), cultivos y pruebas serológicas es indispensable para establecer la causa de la goma en dermatología.
Goma sifilítica: ejemplo clínico clásico
La goma sifilítica aparece años después de la infección por Treponema pallidum sin tratamiento adecuado. Algunas características incluyen:
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Nódulo firme en piernas, cara o paladar duro.
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Evolución a úlcera indolora con bordes elevados y fondo necrótico.
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Serología positiva para VDRL y FTA-ABS.
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Respuesta favorable a penicilina benzatina en dosis adecuadas.
Este cuadro representa un ejemplo histórico y didáctico del concepto de goma en dermatología, aunque su incidencia ha disminuido con la expansión del diagnóstico precoz y el tratamiento antibiótico.
Diagnóstico clínico y confirmatorio
El diagnóstico de una goma dermatológica se basa en:
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Evaluación clínica detallada
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Biopsia cutánea con histología granulomatosa
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Estudios microbiológicos o moleculares (PCR, cultivos)
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Serologías específicas (VDRL, PPD, pruebas micológicas)
La presencia de necrosis central, células gigantes multinucleadas y organización granulomatosa periférica orienta hacia una etiología crónica infecciosa o autoinmune.
Además, la atención inicial puede optimizarse mediante consulta especializada desde casa. En Albya los pacientes pueden agendar su primera cita con dermatólogos certificados en minutos, facilitando una intervención oportuna.
Tratamiento según etiología
El tratamiento de la goma en dermatología depende de la causa subyacente:
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Sífilis terciaria: penicilina benzatina IM 2.4 millones UI/semana por 3 semanas.
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Tuberculosis cutánea: esquema cuatripartita (isoniazida, rifampicina, etambutol, pirazinamida).
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Micosis profundas: itraconazol o anfotericina B según agente aislado.
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Sarcoidosis: corticoesteroides sistémicos e inmunomoduladores.
Además del tratamiento específico, se deben vigilar signos de diseminación sistémica, comorbilidades inmunológicas y respuesta clínica al protocolo instaurado.
Complicaciones asociadas a gomas cutáneas no tratadas
La falta de diagnóstico y tratamiento de una goma en dermatología puede llevar a:
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Ulceración crónica con riesgo de infección secundaria
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Cicatrices atróficas o desfigurantes
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Diseminación sistémica de la enfermedad de base
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Dolor crónico e incapacidad funcional
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Riesgo de transformación neoplásica (en micosis o úlceras crónicas)
Esto subraya la importancia de un abordaje temprano, interdisciplinario y continuo.
Rol del dermatólogo y seguimiento clínico
El dermatólogo desempeña un papel clave en:
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Identificar la morfología nodular ulcerada compatible con goma
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Solicitar pruebas específicas según sospecha clínica
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Establecer diagnóstico etiológico preciso
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Coordinar tratamiento con infectólogos, reumatólogos o cirujanos
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Casos clínicos relevantes y enseñanza médica
La goma en dermatología es una lesión clásica en la enseñanza médica. Su estudio permite:
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Comprender la evolución de infecciones crónicas
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Reconocer patrones granulomatosos histológicos
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Diferenciar entidades ulceradas complejas
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Aplicar pensamiento clínico diagnóstico de profundidad
Sigue siendo un ejemplo clave en residencias médicas, diplomados en enfermedades infecciosas y formación clínica integral.
¿Qué es una goma en dermatología y qué enfermedades la causan?
Una goma en dermatología es una lesión nodular profunda de evolución crónica que tiende a necrosarse y ulcerarse, generalmente relacionada con sífilis terciaria, tuberculosis cutánea, micosis profundas o sarcoidosis. Requiere biopsia, estudios microbiológicos y tratamiento etiológico específico.
La goma en dermatología es una manifestación clínica valiosa y compleja, con implicaciones diagnósticas, histológicas y terapéuticas importantes. Identificarla a tiempo puede marcar la diferencia entre una cicatrización adecuada y complicaciones graves. Gracias a la digitalización de la atención médica, hoy es posible conectar rápidamente con especialistas certificados a través de plataformas como Albya, o impulsar el crecimiento profesional desde el primer paciente con Albya.
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Gomas en dermatología